El cannabis medicinal ofrece alivio para condiciones como Alzheimer, ansiedad, artritis, dolor crónico, epilepsia y esclerosis múltiple. Descubre cómo actúan sus cannabinoides (THC y CBD) y los beneficios terapéuticos respaldados por la ciencia.
Lo que se sabe acerca del alzheimer y el cannabis se basa en las investigaciones con CBD. Debido a sus propiedades antiinflamatorias, el CBD tiene la propiedad de reducir la neuroinflamación y el estrés oxidativo, principales causantes del Alzheimer.
A finales de 2019 se llevó a cabo una investigación por científicos en Corea del Sur. Se dieron a la tarea de recopilar y analizar estudios relacionados con el Alzheimer y los cannabinoides THC y CBD. De una preselección de más de mil estudios, se centraron en nueve que cumplieron los estándares de rigurosidad e investigación.
Según los estudios, el CBD protege a las células de la neurotoxicidad producida en la enfermedad del Alzheimer y la oxidación por estrés. De igual manera, aumenta la supervivencia de las células y estimula la neurogénesis en el hipocampo. De esta forma, el CBD estaría ayudando a que los efectos de la enfermedad no sean tan agresivos para la persona que la padece.
Adicionalmente, en tratamiento para la memoria, se demostró que el THC y el CBD juntos son mucho más efectivos que el CBD solo. Tratamientos con ambos cannabinoides incluso puede llegar a prevenir la enfermedad.
Al igual que con el Alzheimer, las propiedades antiinflamatorias del CBD son ideales para tratar a pacientes con artritis. Puede ayudar a aliviar el dolor al reducir la inflamación en las articulaciones. Esto se logra con una aplicación directa sobre las articulaciones a través de ungüentos o pomadas.
Por otra parte, las preparaciones magistrales de cannabis con THC y CBD también pueden ser muy útiles para tratar tanto el dolor como la inflamación. Mientras el THC cumple la función de calmar el dolor, el CBD contrarresta los efectos psicoactivos del THC y, al mismo tiempo, ayuda a reducir la inflamación.
Las preparaciones magistrales también son de gran ayuda para pacientes con artritis ya que ayudan a dormir mejor y a aliviar la rigidez en las articulaciones en las mañanas.
Uno de los grandes debates acerca del cannabis es si aumenta o reduce la ansiedad y el estrés. Algunas personas pueden experimentar ataques de ansiedad, mientras otras podrían sentir relajación y tranquilidad. Ambas reacciones son posibles. Todo va a depender de la dosis y la relación de cannabinoides.
Un estudio demostró que 10 o más inhalaciones de una variedad de cannabis con altos contenidos iguales de THC y CBD producen una reducción significativa en niveles de estrés y ansiedad. Por el contrario, una sola inhalación de cannabis alta en CBD y baja en THC puede aliviar síntomas de depresión.
Aquí vemos cómo el CBD juega un papel importante no solo por sus beneficios en relajación, sino también para contrarrestrar los efectos psicoactivos del THC, los cuales pueden ocasionar los ataques de ansiedad y pánico.
En el estudio, el 93% de los casos demostró reducción en niveles de ansiedad y estrés. Además, encontró que las mujeres percivieron en general mayor reducción en niveles de ansiedad que los hombres.
Sin embargo, es importante aclarar que cada cuerpo reacciona diferente a los cannabinoides. Siempre es recomendable comenzar con dosis muy bajas e ir aumentando progresivamente hasta encontrar la dosis perfecta.
Otro de los grandes beneficios del cannabis es su habilidad para aliviar el dolor crónico. El CBD, como ya vimos, tiene el poder de reducir inflamaciones. Aunque para el alzheimer esto ocurre a nivel celular en el sistema nervioso, también funciona para el tejido muscular.
Estudios han encontrado que el CBD puede reducir el dolor producto de la inflamación en tejidos musculares. De igual forma, el THC también contribuye a la disminución de la sensación de dolor.
También se ha encontrado útil para enfermedades que ocasionan un dolor neuropático (daños en el sistema nervioso que envían señales constantes de dolor). Esto ha resultado de gran ayuda para pacientes con enfermedades como Esclerosis Múltiple, VIH, diabetes y cáncer, entre otras.
En cuanto a la epilepsia y las convolusiones, hay que decir que la evidencia anecdótica es más contundente que la científica. Han sido las historias de cientos de madres y padres en todo el mundo que han permitido la legalización del cannabis en varios países.
Por ejemplo, en Colombia uno de los casos más reconocidos es el de Luna Valentina, una niña que comenzó a sufrir episodios de epilepsia meses después de nacer. Luego de años sufriendo cientos de convulsiones diarias, su madre Inés Cano decidió suministrarle cannabis medicinal. Hoy en día, Luna Valentina lleva más de dos años sin un solo episodio epiléptico. Puedes leer la entrevista completa aquí.
Sin embargo, la evidencia científica todavía se encuentra en etapas iniciales. Algunos estudios han avanzado en análisis del CBD y su efecto para evitar las convulsiones. Un reciente análisis determinó que el CBD puede reducir las convulsiones hasta un 50% en comparación con la droga placebo.
También se ha popularizado el uso de cannabis para controlar y reducir algunos de los efectos secundarios de la esclerosis múltiple (EM). En una reciente encuesta por la Sociedad de Esclerosis Múltiple en Estados Unidos, más de 60% de los pacientes con EM admitió estar usando algún tipo de cannabis medicinal.
La mayoría de los pacientes utilizan concentraciones altas en CBD para reducir el dolor y la espasticidad. Esto es muy importante para pacientes con EM, pues les permite tener mayor movilidad. De igual forma, también ayuda a reducir la fatiga.
Finalmente, el cannabis ha resultado ser un tratamiento alternativo para veteranos de guerra en los Estados Unidos y quienes padecen de estrés postraumático (EP). En ese país se llevó a cabo la única investigación con cannabis medicinal avalada por la FDA.
Sue Sisley, una investigadora de la Universidad de Arizona, ha trabajado con pacientes de EP y cannabis durante años. Sus resultados con veteranos de guerra han demostrado cómo el cannabis ayuda a lidiar con los efectos adversos de esta condición. Ayuda a dormir mejor, reduce la ansiedad e incrementa el apetito. Actualmente, el estudio se encuentra en su fase final de análisis de datos. Pero los resultados son prometedores.
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