La marihuana es una planta rodeada de mitos y desinformación, lo que ha generado debates interminables sobre su uso y efectos. Aunque sus propiedades medicinales están respaldadas por estudios científicos, todavía existen creencias erróneas que pueden dificultar una comprensión adecuada de sus beneficios y riesgos. En este artículo, desmentimos 5 de los mitos más comunes sobre la marihuana para que puedas entender mejor esta planta y tomar decisiones informadas.
Uno de los mitos acerca de la marihuana más populares es acerca de sus propiedades medicinales. Es muy común escuchar que existe un cannabis medicinal y otro cannabis no medicinal. Lo anterior también puede ir acompañado por una concepción acerca de que el CBD es medicinal y el THC, no. ¡Falso!
Primero, es importante entender qué es THC y qué es CBD. Ambos son cannabinoides que se encuentran en la planta del cannabis. El THC (tetrahydrocannabinol) es el principal componente psicoactivo. En otras palabras, es el encargado de producir lo que se conoce popularmente como “traba” o “high”. Sin embargo, el THC es un componente con grandes beneficios medicinales.
Estudios han identificado que el THC tiene propiedades analgésicas, antiinflamatorias, neuroprotectoras, antioxidantes y también puede estimular el apetito, entre otros.
A su vez, el CBD también tiene muchos beneficios para la salud. A diferencia del THC, no tiene efectos psicoactivos. Una de las propiedades más conocidas del CBD es su efecto para aliviar el dolor. De igual forma, ha resultado útil para reducir la ansiedad y el estrés. También se ha utilizado ampliamente en la industria cosmética.
Finalmente, también es clave entender que cannabis y marihuana son dos palabras que se refieren a la misma planta. Aunque el término “marihuana” lleva una connotación negativa, mientras que al decir “cannabis” se piensa más en medicina, se puede hablar tanto de cannabis psicoactivo como de marihuana medicinal.
Este es uno de los mitos más comunes. Se ha convertido en términos de mercadeo en países donde se ha legalizado el cannabis con fines recreativos. Que las sativas animan y las índicas producen sueños es un mito.
Las primeras referencias del cannabis y sus diferentes especies se remontan al siglo XVIII. Expertos en botánica y biología como Carl Linnaeus y JB Lamarck. Ambos describieron, en su momento, dos tipos de esta planta:
Durante la década de los 70s, debido a la Guerra contra las Drogas, en Estados Unidos comenzaron cultivar cannabis en espacios cerrados. Esto se logró gracias a cruces entre las variedades sativa e indica, creando los híbridos. Y este proceso de cruces entre híbridos se ha realizado de manera descontrolada durante décadas. Hoy en día no existe una sola planta puramente sativa o puramente indica.
Ethan Russo, una de figuras científicas más importantes en cannabis, lo explica de la siguiente manera:
“La forma en que actualmente se utiliza la diferenciación entre índica y sativa es una tontería. Los efectos que produce el cannabis en el cuerpo humano no tiene nada que ver con que la planta sea de porte alto y hojas delgadas vs. porte bajo y hojas gruesas. Es solo una mala estrategia de mercadeo y publicidad”.
La planta de cannabis contiene más de 400 componentes químicos, entre cannabinoides, flavonoides y terpenos. Son las diferentes combinaciones y proporciones de estos los que van a dar los diferentes efectos que sientan las personas al consumir cannabis.
Este es otro de los mitos acerca de la marihuana que más se escucha, sobretodo en las generaciones mayores. Se cree que consumir marihuana es el primer paso para comenzar a probar otras sustancias. Esto es totalmente falso, pues no se ha encontrado evidencia científica que demuestra una relación directa.
Vale la pena mencionar que existen estudios en animales que podrían demostrar que el THC aumentan los efectos de adicción a nicotina. Sin embargo, la ciencia todavía no ha sido capaz de probar que el cannabis aumenta las probabilidades de pasar a drogas más “fuertes”.
El Instituto Nacional de Abuso Contra Drogas en Estados Unidos expresa que, en caso de que exista una relación entre usar marihuana y consumir drogas más fuertes, esto no es algo específico del cannabis.
“El alcohol y el cigarrillo también pueden aumentar la respuesta del cerebro humano en relación con otras drogas. Es también muy común que quienes consumen sustancias más dañinas también consumen alcohol y cigarrillo”.
El Instituto agrega que el consumo de drogas no solo ocurre debido a mecanismos biológicos. El entorno social y familiar afectan de manera radical que una persona pueda comenzar a usar drogas y crear una dependencia o adicción.
En este punto también existe mucho debate. Algunas personas han experimentado ataques de ansiedad al consumir cannabis. Por otra parte, también hay personas que afirman que el cannabis ayuda a mejorar sus niveles de estrés y ansiedad. Ambos puntos son ciertos. El cannabis puede producir ansiedad y, al mismo tiempo, tratarla.
¿¡Cómo!?
La respuesta está en los cannabinoides. Como mencionamos anteriormente, el CBD y el THC tienen diferentes efectos en el cuerpo. El THC, al ser psicoactivo, puede generar ansiedad. Y aún más cuando se tienen grandes cantidades del cannabinoide. Estudios demuestran que entre más THC, los efectos de ansiedad pueden ser peores.
En contraste, el CBD tiene la habilidad de tratar la ansiedad, como lo demuestran recientes estudios. Teniendo en cuenta esto, una variedad de cannabis con alto contenido de CBD y bajo contenido de THC puede resultar útil para tratar la ansiedad.
Finalmente, llegamos a la gran pregunta. ¿Es la marihuana adictiva? El debate todavía se lleva a cabo dentro de la comunidad médica y científica. Y la respuesta tampoco es fácil de dar.
Si se piensa que la adicción solo ocurre a nivel químico y que ocasiona síntomas de dependencia física en el cuerpo, entonces el cannabis no sería tenido en cuenta en esta categoría de adicción.
Sin embargo, también existe una condición psicológica de la adicción. Hay personas que presentan adicción al sexo, las apuestas o incluso la comida, pues lo anterior genera respuestas de placer en el cerebro. En este sentido, el cannabis sí sería adictivo.
A pesar de que el cannabis tiene grandes propiedades medicinales como hemos ampliamente explicado en diferentes publicaciones, es indudable que hay personas que experimentan cierto tipo de adicción, así esta no se manifiesta biológicamente. La comunidad científica ha llegado a definir esto el “Desorden de uso de cannabis” (Cannabis Use Disorder en inglés). E incluso han desarrollado 11 criterios para establecer si alguien padece o no de este desorden.
A pesar de que sí existen millones de personas en el mundo que utilizan cannabis moderadamente en la vida y como medicina, también es cierto que hay personas que pueden llegar a un nivel de consumo que afecte su vida social, laboral y familiar. Según Roger Roffmann, profesor de la Universidad de Washington, “necesitamos entender a las personas que padecen algún tipo de desorden ocasionado por el cannabis. Y necesitamos investigaciones de rigor para entender por qué ocurre y cómo ayudar”.
Nuestra recomendación, como lo hemos repetido en varias publicaciones, es consumir el cannabis de forma consciente y moderada.