Muchas personas conocen el THC, o tetrahidrocannabinol, por ser el responsable del efecto psicoactivo del cannabis. Sin embargo, este componente químico del cannabis es mucho más complejo y tiene una gran variedad de propiedades medicinales. En este blog explicaremos qué es y para qué sirve el THC.
Todo lo que hoy en día conocemos acerca del cannabis y su potencial medicinal dio sus primeros pasos en los años 70s en la Hebrew University de Jerusalén. El Dr. Raphael Mechoulam, junto con su equipo de trabajo, lograron aislar e identificar el principal componente psicoactivo del cannabis: el tetrahidrocannabinol. Y este fue solo el comienzo. Gracias a las investigaciones del Dr. Mechoulam se logró también descubrir más de 100 cannabinoides presentes en la planta del cannabis. Hoy en día se conocen 130 componentes activos. Incluso, se publicaron investigaciones que daban los primeros indicios de las propiedades medicinales de estos compuestos.
Sin embargo, han tenido que pasar más de 50 años para que el potencial medicinal del cannabis tuviera el impacto que tiene hoy en día. ¿A qué se debió ese estancamiento en las investigaciones? El Dr. Mechoulam asegura que el problema fue la prohibición y los prejuicios: “Publicamos nuestras investigaciones pero nada pasó por más de 30 años. Tuvimos avances sobre cannabis y epilepsia pero solo fue hasta que algunos padres en Estados Unidos comenzaron a darle cannabis a sus hijos con epilepsia que se comenzó a dar nuevamente el debate. Miles de niños y pacientes podrían haberse beneficiado, pero debido a problemas legales y morales nadie se tomó la molestia de ver nuestras publicaciones”.
Afortunadamente, el paradigma ha cambiado y muchos países han legalizado el cannabis con fines medicinales. Esto es lo que se conoce hoy en día acerca de qué es y para qué sirve el THC.
El THC es el principal componente psicoactivo del cannabis. En otras palabras, el uso recreativo del cannabis se debe, en gran medida, al tetrahidrocannabinol. Y aunque muchos buscan el THC por sus efectos psicoactivos, este compuesto también tiene grandes propiedades terapéuticas y medicinales. A partir del descubrimiento del Dr. Mechoulam, estudios han demostrado que el THC tiene el potencial para tratar diversas enfermedades y dolencias.
Debido a su efecto psicoactivo, muchos pacientes prefieren evitar el THC. Sin embargo, el CBD, otro de los compuestos químicos del cannabis y que no produce efectos psicoactivos, tiene la capacidad de contrarrestar estos efectos recreativos del cannabis. Es por esto que muchos de los medicamentos y fórmulas de cannabis contienen tanto CBD como THC. Incluso, investigaciones han demostrado que los compuestos químicos del cannabis trabajan mejor juntos. A esto se le conoce como el Efecto Séquito.
Como explicamos anteriormente, el THC tiene múltiples propiedades medicinales. Aquí presentamos algunas de las más estudiadas y documentadas:
Varios estudios han demostrado que pacientes con TEPT tienen niveles muy bajos de Anandamida, el cannabinoide que produce el cuerpo humano de forma natural, en comparación con las personas que no padecen de este trastorno. La anandamida activa los mismos receptores que el THC y otros componentes del cannabis, lo que sugiere que pacientes con TEPT tienen una deficiencia de endocannabinoides. De esta forma, científicos han encontrado que el THC reemplaza esa deficiencia de endocannabinoides, ayudando así a los pacientes a mejorar su calidad de vida.
Un estudio demostró que tanto el THC, combinado con el CBD para reducir sus efectos psicoactivos, resultó beneficioso para pacientes con TEPT. Con dosis de 5mg de THC dos veces al día, los pacientes mejoraron notablemente el sueño y redujo la frecuencia de pesadillas, dos de los síntomas más comunes y constantes en pacientes con este trastorno.
Uno de los grandes beneficios del cannabis ha sido su potencial para tratar el dolor. Esto ha cogido mayor fuerza durante los últimos años debido a la crisis de los opioides en Estados Unidos. Se estima que más de 140 personas mueren al día por sobredosis de drogas, 90 de las cuales son a causa de los opioides. Debido a lo anterior, el cannabis medicinal cada vez toma más fuerza como tratamiento alternativo para el dolor.
Hay diferentes tipos de dolor, y el cannabis ayuda específicamente a algunos de ellos.
Es cuando hay un daño o lesión en un tejido producto de un daño físico en el cuerpo. Cuando se sufre una lesión, el cuerpo envía células a reparar este tejido. Estas células liberan proteínas y químicos que activan ciertos receptores en nervios que conducen hasta el cerebro, ocasionando la sensación de dolor. Tanto el THC como el CBD poseen propiedades antiinflamatorias que han sido reportadas en diversos estudios clínicos. El THC modula el dolor activando los receptores CB1 en la médula espinal y el cerebro.
El dolor neuropático es ocasionado cuando existen lesiones, daños o disfunciones en el sistema nervioso. Enfermedades como Esclerosis Múltiple, VIH, diabetes, cáncer, entre otras, pueden ocasionar dolor neuropático.
Al igual que en el dolor nociceptivo, el incremento en receptores CB1 reduce el dolor al debilitar las señales que se envían al cerebro a través de la médula espinal. Se ha demostrado que formulaciones con CBD y THC funcionan mejor para tratar este tipo de dolor.
El dolor central agrupa todos los dolores ocasionados por disfunciones en el sistema nervioso central. Es el caso, por ejemplo, de la fibromialgia, un trastorno que produce un dolor “musculoesquelético generalizado”, que además genera fatiga y problemas de sueño. Se genera por una disfunción en la forma en la que se procesan las señales de dolor que van al cerebro. Su causa es aún desconocida.
Un estudio aplicado a 26 pacientes con fibromialgia en Israel dio datos prometedores en relación con el tratamiento a base de cannabis medicinal. Luego de comenzar el estudio, todos los pacientes mostraron avances significativos en sus síntomas. El 50% de los pacientes incluso dejó de tomar cualquier otro medicamento para la fibromialgia.
La evidencia es amplia cuando se trata de cannabis para ayudar con problemas de sueño. Los estudios se remontan incluso a 1973, en donde los investigadores notaron que los sujetos de estudio se dormían más rápido después de tomar dosis de THC. En 2013 se confirmó esta teoría, cuando se le administró a 13 sujetos de estudio, vía oral, 20mg de THC durante el día. Los sujetos reportaron mayor facilidad para dormir e incluso más tiempo de sueño durante el día siguiente a la administración de THC.
Estudios más recientes también confirmaron que el THC ayuda a dormir profundamente durante más tiempo, así como también reduce la probabilidad de despertarse durante la primera mitad de la noche. También hay estudios que demuestran que el THC puede aumentar el sueño profundo, algo que es de vital importancia para el proceso de recuperación del cuerpo durante la noche.
Existe una amplia evidencia científica para soportar que medicamentos a base de THC y CBD son efectivos para tratar la espasticidad (tensión y rigidez muscular) asociada a la esclerosis múltiple, al igual que otros síntomas relacionados con la enfermedad.
Un estudio de 2005, el cual utilizó un extracto de cannabis con concentración 1:1 THC:CBD (misma cantidad de ambos cannabinoides) fue el doble de efectivo que el placebo para aliviar el dolor, y tres veces más efectivo para dormir. En esclerosis múltiple es muy común la inflamación de los tejidos del cuerpo, debido a que el mismo sistema inmunológico ataca el sistema nervioso central. Un estudio demuestra que el CBD también puede aliviar este síntoma.
También hay estudios que demuestran el potencial del cannabis (tanto THC como CBD) para aliviar espasmos musculares y dolor abdominal.
En 2015, la Sociedad de Artritis Canadiense financió un estudio que identificó el potencial del cannabis para aliviar el dolor y/o reparar las articulaciones afectadas por la condición. El estudio también señaló que debido a que los receptores CB1 y CB2 abundan en los nervios que detectan el dolor, los cannabinoides controlan la cantidad de señales de dolor que se envían al cerebro.
Aunque los estudios todavía están en su etapa inicial, existe gran expectativa y promesa sobre el potencial del cannabis para tratar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson's. Como usualmente ocurre con el cannabis medicinal, la evidencia anecdótica sigue siendo más fuerte que la evidencia científica.
Sin embargo, algunos estudios sí han demostrado que el THC puede servir para controlar los tics y movimientos musculares involucrados asociados a la enfermedad de Parkinson. En cuanto al Alzheimer, el THC y el CBD han demostrado tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Según estudios preclínicos, estas propiedades pueden ayudar a reducir la inflamación del cerebro, principal causa del Alzheimer.
